Parece ser que es más fácil que un "camello pase por el ojo de una
aguja, a que una crítica que se nos haga, entre en el reino de nuestra
memoria". Es casi imposible en el cerebro humano aceptar una crítica,
sin darle una explicación o justificación. Todos los cerebros conllevan
una enorme base de datos de eventos memorables que en el fondo se
preguntan: ¿yo soy bueno? ¿soy noble? ¿soy valioso? Pero el concepto de
lo que es uno mismo es maleable a nuestra conveniencia y la de nuestras
circunstancias.
Lee todo el artículo de Andres Roemer para el Foro Judío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario