Para un estudiante, reprobar no sólo implica repetir el curso, sino
también una marca: “ser un reprobado”, “un burro”, “un looser”.
“Reprobado” es un calificativo que no admite matices ni explicaciones,
es el anuncio de la incompetencia que antecede cualquier esfuerzo del
alumno, es la advertencia que despierta un prejuicio en profesores,
padres y compañeros.
Lee este arículo completo de Andrés Roemer para El Universal
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